El emplazamiento de este curioso lugar se encuentra en la calle Comandante Fontanes, entre las calles Inglaterra e Irlanda, en el Barrio de Carabanchel. Como no podía ser de otra manera, con un estilo muy “British”, el concepto macabro de los cementerios da paso a la belleza y a la cultura a través de la historia de sus enterramientos.

El objetivo de la construcción de esta necrópolis, que se llevó a cabo en 1854, en su momento fue muy claro: el de crear un cementerio donde los cristianos, pero no católicos, pudieran ser enterrados, pues en aquel entonces no se permitía que los mismos fueran sepultados junto al resto de católicos. A pesar de que el gobierno español intentó presionar para que los enterramientos fueran realizados “sin culto, ritual, pompa, ni publicidad”, esto no se consiguió. Posteriormente se fueron sumando a estos primeros entierros judíos, luteranos y ortodoxos griegos y rusos.

En un primer momento, el sitio que el cementerio ocuparía no fue tan claro, en cuestiones de terreno, pues se pretendía construir cerca de la actual Plaza de Colón. No obstante, finalmente, el gobierno británico consiguió llegar a un acuerdo con el ayuntamiento de Madrid y la obra se llevó a cabo en el emplazamiento actual.

Sin embargo, lo que nos ocupa en este momento no es contar la historia completa del cementerio, sino dar a conocer un poco mejor sus curiosidades y por qué los enterramientos que en él son tan llamativos e interesantes. A continuación, un listado de los personajes más destacados a los que aquí se dio sepultura:

Enterramientos del Cementerio Británico

En la actualidad no suelen celebrarse enterramientos, aunque hay espacio para que sean enterradas cenizas. Se ha convertido más en un lugar de visita cultural, cuyo comité no para de intentar obtener fondos para su mantenimiento, puesto que muchos de los familiares de las personas enterradas ya han fallecido y, por tanto, no aportan recursos económicos para su conservación.

Hay que destacar que este lugar ha sido objeto de desarrollo durante los siglos XIX, XX y, ahora ya, XXI. Ha sobrevivido a intensos conflictos bélicos, como la Guerra Civil española y, asimismo, las dos Guerras Mundiales; y a pesar de todo esto, ha conseguido sobrevivir y traer sus anecdóticas historias hasta nuestros días.

Finalmente, solo añadir que sus horarios de visita son restringidos, pudiendo solamente tener acceso los martes, jueves y sábados desde las 10:30 hasta la 13:00. La manera de ir desde el centro no es muy compleja y es interesante saber que la línea 5 de metro pasa prácticamente al lado. La mejor forma de llegar en transporte público sería, sin duda alguna, conectar con esta línea de alguna manera y después seguir ya hasta la parada de Urgel, muy cerca del cementerio.