El cocktail es el moderno “filtro de la amistad”

Una bebida sola, siendo siempre la misma, no aporta ningún misterio al que la bebe. Un cóctel debe estar inspirado, implica combinación, variedad. El sabor es diferente en cada ocasión, aunque la fórmula sea constante. Poseen un estilo, transparentan la habilidad de quienes lo han preparado. Ese matiz humano sobre lo comercial, ese trabajo o dedicación personal y las costumbres que rodean su preparación es donde se demuestra lo auténticamente genuino de cada mezcla.

Definición

Se llama cocktail a la bebida obtenida por la mezcla de dos o más licores, vinos, jugos de frutas, jarabes, etc.
Cuando estos componentes están seleccionados de manera razonable, los cocktails pueden ser muy nutritivos y ricos en vitaminas, particularmente los hechos a base de jugos de frutas, huevos, leche, nata, ostras, etc.
Para su preparación es necesario el uso del hielo, pues éste atenúa la fuerza de los licores y ayuda a la fusión de los mismos. El cocktail debe prepararse en el momento de ir a servirse, ya que preparados con antelación, la mayoría de ellos pierden parte de sus cualidades.

Orígenes

Existen otras leyendas para dar explicación a tan singular denominación:

Por ejemplo, una habla de un hostelero y de su hija, locamente enamorada de un oficial del ejército. Este amor no gozaba del beneplácito del padre. Un día, el hostelero perdió su gallo de pelea, la cosa que él consideraba más valiosa de cuanto poseía. En una crisis de desesperación se dijo dispuesto a recompensar a cualquiera que le ayudase a encontrarlo entregándole a su hija. Y de pronto apareció el avispado oficial con el gallo en brazos. En realidad lo había escondido y los dos enamorados lograron, de esta forma, contraer matrimonio. Todo el pueblo se rió a gusto a costa del hostelero y, para recordar el sabroso episodio, empezaron a llamar “cola de gallo” a la extraña mezcla de licores locales que se servía en la taberna. De esta misma historia existen varias versiones.

Otra dice que en el puerto de Campeche, bañado por las aguas del golfo de Méjico, atracaban antaño grandes veleros ingleses para cargar caoba y otros productos indígenas. Oficiales y marineros aprovechaban la estancia para bajar a tierra y frecuentar las cantinas del puerto, donde empezaba a popularizarse una mezcla que ellos denominaban drac.
Los dracs se preparaban agitando la mezcla con una cuchara. Un cantinero, en vez de cuchara, empleó cierta raíz de una planta a la que los indígenas, por su forma peculiar, denominaban cola de gallo. Sorprendidos los marinos por el procedimiento que empleaba, le preguntaron qué era aquello. “Una cola de gallo”, fue la respuesta. Les gustó el nombre y ya no pedían dracs, sino colas de gallo. Y, al recomendar la bebida a sus amigos, traducían al inglés el concepto: “Pide un cocktail en la cantina de Fulano, te gustará”. Y como la costumbre de mezclar bebidas prevaleció, también lo hizo la denominación empleada.

Sin embargo, es cierto que el actual arte de preparar los cócteles es de origen indiscutiblemente anglosajón. En efecto, en julio de 1806, el periódico inglés The Balance publicaba una nota explicativa, definiendo el cóctel como una “bebida estimulante, compuesta por licores diversos, a los que se añade azúcar, agua y bitter”.
En siglo y pico de la costumbre de mezclar los licores, la moda cambiante de los gustos, la inspiración del momento y el buen tacto han consagrado “fórmulas magistrales”.

Los cocktails en el cine

Por lo general, los nombres de los cócteles de personajes famosos son los que estimulan la inspiración de los magos de la coctelera. Otras veces, en cambio, los barmans se inspiran en sucesos de actualidad o se dejan influir por el clima o las características ambientales. Nombres exóticos tienen siempre aceptación. En resumen: un poco de ingenio y mucha fantasía. Los cócteles creados en honor de las estrellas de cine han gozado de popularidad.

Por ello, vamos a hablar de la estrecha y especial relación que el mundo de la coctelería ha tenido siempre con el cine y sus protagonistas. El cine es un poderoso instrumento publicitario, algo que no pasa desapercibido para las grandes compañías de bebidas alcohólicas. Desde los inicios del cine, los espectadores han querido imitar la forma de vestir de los actores protagonistas, averiguar qué marca de cigarrillos fumaban o probar los cócteles que sirven a los personajes.

Manhattan: Una de las míticas escenas de la historia del cine es cuando Sugar Cane (Marilyn Monroe) en "Con faldas y a lo loco" prepara unos manhattans en una bolsa de agua caliente. No se sabe muy bien de cuándo data el origen de esta bebida, pero se calcula que a finales del siglo XIX. La historia que cobra más fuerza sobre su invención es la protagonizada por Jenny Jerome, la esposa del político británico Churchill. Fue creado durante la celebración de la campaña a gobernador de Samuel Jones Tilden en el Manhattan Club, frente al Empire State Building.

Ruso blanco: En "El Gran Lebowski" se puede observar a un Jeff Bridges desaliñado que se pirra por un "ruso blanco". The New York Times consideró a esta película de culto la responsable del resurgimiento de este combinado, compuesto por vodka, licor de café, nata líquida o crema de leche y una cereza opcional.

Dry Martini: La bebida del agente 007 es una de sus señas de identidad, desde el primer James Bond, hasta el último. Eso sí, siempre "agitado, pero no revuelto". Es otro de esos personajes que pueden definirse por lo que toman y la frase es una marca registrada del espía de la corona británica. Es uno de los cócteles más consumidos en el mundo y sus orígenes datan de finales del siglo XIX. Algunos sitúan su invención en San Francisco y otros en Nueva York.

Old fashioned: Aunque la traducción de su nombre es "pasado de moda", nada que esté más lejos de la realidad. En la famosa "Mad men", Don Draper nunca se olvida de pedirlo, acompañándolo con un cigarrillo. Se dice que este cocktail fue creado en 1880 en Kentucky por un camarero. Pero se hizo famoso en 1776 gracias a James E. Pepper, el propietario de la destilería Bourbon.

Cosmopolitan: Ellas lo convirtieron en uno de los combinados más sofisticados y reconocidamente femeninos. Carrie Bradshow y sus amigas en "Sexo en Nueva York" lo popularizaron a partir de la década de los 90 por su constante mención en la serie dedicada a la sofisticación de las mujeres en Nueva York. Su creación se reconoce en 1987, siendo originado por John Caine. Aunque este origen es dudoso, puesto que también se le atribuye en ese mismo año al barman de Manhattan, Toby Cecchini.

Bloody Mary: Más bien conocido como el cóctel de las resacas, son numerosas las veces en las que se ha mencionado dentro del mundo del cine. Por ejemplo, en "Mujeres al borde de un ataque de nervios". El cóctel fue creado en 1920 en el Harry´s Bar de parís, aunque los norteamericanos intentan reclamar su autoría para la ciudad de Nueva York. Se dice que el nombre está inspirado en la figura de María Tudor, reina de Inglaterra y famosa por mandar a la hoguera a multitud de protestantes.

French 75: A pesar de que Rick Blaine (Humphrey Bogart) decía: "Nunca bebo con los clientes"; Isa Lund (Ingrid Bergman) consiguió que compartieran un champagne cocktail en "Casablanca". Y Audrey Hepburn se admiraba diciendo: "No creo jamás haber tomado champagne antes del desayuno. Con el desayuno varias veces, pero antes, nunca"; en "Desayuno con Diamantes". Se cree que este trago fue creado por John Dougherty en un concurso en Nueva York en 1889, ganando la medalla de oro.

Banana daiquiri: En "El Padrino II", Al Pacino acompaña a su hermano mientras le explica cómo hay que pedir un banana daiquiri. Fue inventado a finales del siglo XIX por Jenning Cox, en Cuba. No obstante, quien lo bautizó con este nombre fue su amigo Giacomo Pagliuchi. Estos dos hombres dieron la receta a un barman de Santiago de Cuba y así se dio a conocer públicamente.

Red-eye: Tom Cruise hace juegos de malabares y coctelería en "Cocktail", donde nos descubre este brebaje que, al igual que el Bloody Mary, surge como invención contra la resaca.

Margarita: No se conoce de manera precisa su origen, aunque la leyenda sobre Rita Hayworth consta de bastante fuerza. Se dice que un camarero de Tijuana quedó maravillado en 1938 por la belleza de una joven bailarina, Margarita Carmen Cansino. En honor a ella creó el coctel, llamándolo como ella. Esta chica, posteriormente, se convertiría en Rita Hayworth, protagonista de "Gilda" y una de las actrices más valoradas de la época dorada de Hollywood.

Blue Milk: Como último combinado proponemos este cóctel intergaláctico y, literalmente, estelar que era bebido en diversas ocasiones por los personajes de "La Guerra de las Galaxias". Se debe hacer con leche de Bantha, pero dado que en nuestro planeta no contamos con esta especie, la fórmula terrestre se realiza con un vaso corto de leche, unas gotas de colorante azul, cubos de hielo y vodka de vainilla.

No obstante, la afición por los combinados ha estado presente tanto dentro como fuera del cine. Un claro ejemplo es el de Luis Buñuel, que preparaba unos estupendos Dry Martinis, aunque su especialidad era el "Buñuelón". Además, decía desconfiar de la gente que no bebía.